¿Que cuál es mi autoridad? ¡Yo lo he encontrado, por Horus!. ¿Es que no lo entendéis? Es mi cometa y nadie va a arrebatármelo. El corro de astrólogos retrocedió intimidado por mis gritos, pero el más anciano alzó la voz: Demuéstralo.
¿Eso es lo que queréis? ¿Pruebas? Levanté el brazo y señalé con el índice. Todos miraron a las estrellas. Después chasqueé los dedos y desapareció el cometa, en silencio. Entre las tinieblas, solo brillaba mi sonrisa.