—Brecht, Gide, Huxley, Kafka, Mayakovski, Wilde…
—Venga, decídete ya, escoge uno.
—Voy, voy… que no sé cuál llevarme.
—Da igual, si el resto de libros no los vas a volver a ver. Ese mismo. La guerra de los mundos.
—No, no. Ese no. Prefiero llevarme… Adiós a las armas.
—Vale, apresúrate que nos van a echar en falta.
Franz se subió los calcetines hasta la rodilla y corrió tras Richard. Sus sombras pardinegras cruzaron el vestíbulo y trotaron sobre el empedrado en dirección al centro de Berlín. Eran dos estudiantes más entre los cientos que iban camino de la ceremonia.
La muchedumbre se agolpaba en la plaza de la Ópera, sus caras iluminadas por las antorchas escondían sus emociones tras ojos enormes. La hoguera crepitaba hipnótica. Sólo dejaron pasar a los que portaban libros. Les dieron instrucciones claras y concisas en la fila. El calor acariciaba sus caras, manos y rodillas desnudas. Olía a papel quemado. Todo iba rápido, pronto llegarían a la pira.
—No acabo de entenderlo… Todos ellos… Conrad, Joyce, Remarque. ¿Qué tienen en común? —susurró Franz mirando los libros de los demás.
Richard se giró contrariado. Sus minúsculas pupilas hundidas en un mar azul acerado. —Franz, no seas…
—Atentos en la fila —gritó un oficial de las SA.
Paso a paso, con la boca seca, se acercaron a la hoguera. Soltaron lastre arrojando los libros a las llamas y suspiraron con fuerza. Miles de chispas doradas como falsas estrellas fugaces volaron en espiral hacia un destino incierto.
Esta es mi aportación al reto propuesto por El Tintero de Oro para este mes: Escribir un micro a partir de la cita de un escritor con una extensión máxima de 250 palabras. La cita que la diosa Fortuna escogió para inspirarme fue:
«Una ventana segura al alma de una persona es su lista de lectura». – Mary B. W. Tabor
Espero que hayan disfrutado de la lectura del relato.
Si confieso que mi lista de libros NO avanza desde hace decadas.
ResponderEliminarLa tengo cada vez mas larga, porque lo importante ha sido mantener la lista ... mas no leer los libros que estan alli.
Hoy vi los anaqueles de mi biblioteca y les saque la lengua.... saben que me niego a leerlos para no agotar la dichosa lista.
Cantidad, variedad, calidad, dificultad… lo que se puede llegar a hacer con las listas. Espero que los libros de tus anaqueles comprenda tu interés por tener más larga tu lista. No quiero imaginar si echarán mucho de menos el calor del contacto humano. No creo que se merezcan tal castigo, pronto se empezarán a tirar desde los estantes como acto de rebeldía. Te deseo lo mejor y espero que con la debida diplomacia llegues a un acuerdo con ellos para evitar males mayores.
EliminarMuchas gracias por leer y por comentar Casagrande. Un abrazo.
Buen relato y la cita me ha encantado la verdad un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias por leer y comentar, Ainhoa. Un abrazo.
EliminarHola Carles, sí, he disfrutado leerlo, de hecho lo hice dos veces. Me parece que este instante que has escogido congelar, apresar con tus palabras, da para un relato más largo. Por otro lado, saber que esa quema de libros sucedió en verdad, mete miedo al alma. Te dejo un abrazo.
ResponderEliminarGracias por la lectura y los comentarios, Ana. Me alegra que hayas disfrutado con la lectura. Tendré en cuenta la posibilidad de extender el micro como bien apuntas, quién sabe lo que podría surgir.
EliminarUn abrazo.
Hola Carles leo , en aquella época habían libros que para no hacer listos al pueblo y que estos empezaran a reivindicar sus derechos , era muchos lo que acababan en la hoguera , muy bueno tú micro.
ResponderEliminarBesos de flor.
Hola, Rosa. Gracias por tu generosa apreciación del micro. No nos cabe duda de que aquella época fue terrorífica para la mayoría de la población de Europa, unos años oscuros que marcaron a varias generaciones.
EliminarUn abrazo.
Hola Carles , yo si a ti te hace feliz me puedes llamar Rosa
EliminarPero te digo que me llamo flor , jajajaja.
Adiós majo eres muy simpático , Besos de flor.
Lamento el error, Flor. Me conformo con cambiarle los nombres a mis personajes, ya lo que me faltaba además era empezar a cambiárselo a ustedes.
EliminarUn abrazo.
Jajaja mira que bueno , a mi sinceramente no me molestas
EliminarMe gustó eso del nombre de los personajes , señal de que tienes facilidad para buscar nombres , en fin besos de flor.
Hola Carles, en verdad la lista de lecturas de las sabandijas que organizaron semejante quema de libros los define a la perfección, porque no leían ninguno, así terminaron como terminaron, eso sí, después de sembrar el mundo de barbarie y muerte. Aunque son tiempos pasados, la crítica que subyace en el relato no deja de estar de actualidad y por desgracia cada vez más. Un abrazo!
ResponderEliminarEso parece, Jorge, al menos los que señalaban cuáles eran los cánones artísticos que debían imperar, tenían un sesgo bien evidente. Aunque por otro lado fue chocante comprobar la megalomanía de alguno de sus dirigentes (Goering), el cual presumía de ser el mayor coleccionista de arte pictórico de Europa (expolio de países invadidos). Solo espero y deseo por el bien del género humano que hayamos aprendido para no volver a cometer los mismo errores.
EliminarUn abrazo y gracias por tus comentarios.
Pues no se si me equivoco pero yo veo a alguien que no quiere participar en el aquelarre, pero se da cuenta de las consecuencias que conllevaría. Y hace pensar que esto de quemar libros fue lo menos grave de lo que algunos se vieron obligados a hacer. Seguro que también alguno lo hizo con gusto.
ResponderEliminarTrágico relato, nos conduce por donde, sfortunadamente, no tuvimos que transitar.
Abrazoo
Gracias por tus comentarios y por compartir tus impresiones sobre el relato, Gabiliante. No me cabe duda que entre los adolescentes alemanes en aquella época hubo muchos que optaron por sobrevivir antes que ir a contracorriente.
EliminarUn abrazo.
ResponderEliminarHola Carles, me alegra volver a leerte de nuevo, y con este estupendo micro que nos traes. Tu gusto por la buena lectura queda patente. Imagino que tiene que resultar muy difícil elegir cual de los libros preferidos enviar a la hoguera, autores y títulos que los componentes del régimen del Tercer Reich consideraba “nocivos e indeseables para el espíritu germano”
Buen trabajo, desde luego.
La alegría es mutua, Isabel. Me sonrojas con tus palabras, mira que yo soy más de decirme a mi mismo: si lees con regularidad, ya estás haciendo una buena lectura. Creo que hay más o menos riqueza en casi todas las obras a nuestro alcance. Aunque tengo que reconocer que algunas se me atragantan más que otras y me acaban derrotando. Qué le vamos a hacer. De nuevo agradecer tus generosas palabras y comentarios, tengo en mucho aprecio que te parezca estupendo el micro.
EliminarUn abrazo, nos leemos.
Toda represión es terrible, pero cuando se reprime el arte, es más terrible aún pues con el arte y en concreto la literatura se está matando el espíritu y la única forma de aprender a ser libres.
ResponderEliminarPrecioso y terrible micro.
Un beso.
Comparto totalmente tu conclusión, Rosa. La represión cultural e intelectual hace un daño invisible pero más duradero y dañino que el material. Muchas víctimas se siguieron autocensurando hasta muchos años después de desaparecido ese reinado del terror. Me ilusiona que te haya parecido precioso a la vez que terrible.
EliminarUn abrazo y gracias por tus palabras.
Excelente elección Carles. Me recordó los tiempos de la inquisición y la quema de libros. Para los que mandan cuanto más ignorantes sea su pueblo, mejor puede manejarlos. Una cita de gran relevancia para la cultura. Saludos
ResponderEliminarAsí lo creo yo también, Nuria. Veo necesario que la educación en todo su recorrido sea gratuita y que los educadores trabajen con los medios adecuados para poder desarrollar su labor con los estudiantes. No hay futuro para una sociedad a cuyos ciudadanos se les priva de escapar del analfabetismo, del tipo que sea. En pleno siglo XXI la “esclavitud” tiene multitud de formas camaleónicas.
EliminarGracias por comentar, un abrazo.
Hola, Carles. Fabulosa cita, como fabuloso tu micro que nos recuerdas un horroso hecho histórico. Felicidades! Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Mayte. Me alegra que te haya gustado el micro. Gracias por tus generosas palabras.
EliminarUn abrazo.
Pues leyendo tu micro me ha venido esa otra frase que reza: "El hombre que empieza quemando libros, termina quemando hombres"
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues muy premonitoria esa frase, Francisco, si pertenece a épocas pretéritas. Da la impresión que los opresores más poderosos son aquellos que han conseguido aniquilar la cultura y la intelectualidad de un pueblo, aunque sea mandándolos todos juntos a la hoguera.
EliminarGracias por tus comentarios, Un abrazo.
Hola, Carles. El dialogo del principio hace que nos metamos de lleno en la historia. Después los personajes se ponen en marcha y vamos con ellos de la mano, aunque al final el destino sea tan terrorífico y , desgraciadamente, basado en hechos reales. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegra que te haya gustado, Pedro. Muchas gracias por tu tiempo, tu lectura y los comentarios.
EliminarUn abrazo.
¡Ay! ¡Que triste y qué trágicamente real! Con un pequeño apunte logras hacernos intuir la magnitud de la tragedia. Me ha encantado.
ResponderEliminarPues es una satisfacción que te haya encantado, Marta. Gracias por tus palabras y tu tiempo.
EliminarUn abrazo.
Sigue pareciendo increíble todo lo que pasó en la Alemania nazi aunque el tema de la quema de libros fue recurrente en algunos regímenes totalitarios. Es lo más parecido a una conversión del hombre en animal con perdón para los animales. La cita es muy buena y el tempo del relato me ha parecido sensacional.
ResponderEliminarUn abrazo, Carles.
Comparto tu perspectiva respecto a la reiteración en la historia de hechos tan aterradores. Creo que hubo algún biólogo que comparó a la especie humana con una colonia de bacterias en una placa de petri con un poco de agar, sin otra fuente de alimento crecen exponecialmente consumiento todo el agar hasta su autoaniquilación. Espero que nosotros seamos más previsores que esa colonia de bacterias. Me alegran mucho tus palabras de aprecio hacia el micro, y agradezco tu tiempo y comentarios.
EliminarUn abrazo.
Hola Carles, la cita que escogiste me gusta, y el relato es demoledor .Los hechos que narras muestran como esos niños participaban sin saber el motivo por el que se quemaran los libros.
ResponderEliminarUn abrazo
Puri
Hola, Carles. Pues yo he disfrutado mucho. Por momentos no sabía si era una historia de ficción distópica o algo basado en hechos reales. La verdad es que, cuanto más conoces a gente, más te das cuenta que todos aguardan el mismo orgullo por su biblioteca particular. Ahí hay un trocito de cada uno impreso del que te sientes parte. A no ser que hagas una mudanza, que entonces ves con buenos ojos esa pira de libros quemados de tu relato, je, je.
ResponderEliminarMuy bueno, Carles.
Un abrazo!
Pues ese es uno de los objetivos que busco, que el lector disfrute con la lectura, y si en tu caso así ha sido, Pepe, pues una muesca más en la cuenta del relato. En cuanto a las bibliotecas particulares, personalmente prefiero las públicas, y desde la llegada de internet (Ay, lo que le debo a la internet2.0) los proyectos de digitalización de obras de dominio público (como Gutemberg.org) son un motivo inexcusable para aligerar dichas bibliotecas salvo que uno les haya cogido demasiado cariño a esos clásicos en papel. Muchas gracias por tu tiempo y generosas palabras.
EliminarUn abrazo.
Hola, Carles:
ResponderEliminarMe ha gustado tu relato, la agilidad en la parte dialogada y esa reflexión sobre la participación en actos comunitarios de violencia para ser aceptado.
Un abrazo, compañero.
Gracias, Nino, por tus generosas palabras para el relato y por compartir las impresiones que te han causado el micro. Son muy valiosas para mí. Te reitero mi agradecimiento por tu tiempo y por tus comentarios. Me alegra que te haya gustado. Durante este verano releí El señor de las moscas, no sé si habrá tenido alguna influencia.
EliminarUn abrazo.
Hola, Carles.
EliminarLas gracias, a ti, compañero.
Creo que esa influencia de "El señor..." no queda patente en el relato (donde no aparece indicación de edad de los protagonistas), pero sí con la fotografía de los jóvenes pirómanos.
Un abrazo, Carles.
Hola Carlés, ¡vaya micro nos regalas! Como voy llegando tarde a los comentarios, apuntaré a otro aspecto de tu relato. Bien elegido el momento porque a más de haber ocurrido, es fácilmente reconocible por los jóvenes de hoy. Pero en realidad, desde la biblioteca de Alejandría o quizás antes, el ser humano cada tanto necesita hacer piras de libros y también de otros seres humanos. Felizmente otro gran porcentaje de la humanidad se dedica a volver a escribirlos para que muchos más puedan acceder a ellos. Así, la palabra, el pensamiento, la poesía, la verdad, siguen llevando adelante lo que nos hace humanos. Gracias por un relato tan conmovedor que obliga a la memoria y a la reflexión profunda.Un abrazo
ResponderEliminarEso parece, Juana, lo que hace miles de años comenzó como una simple cuestión de supervivencia, hacer un fuego para protegerse de la climatología, los depredadores, y realizar las faenas campestres...evolucionó con el paso del tiempo a este "arte" inquisitorial.
EliminarGracias por tus comentarios y tu tiempo.
Una historia muy bien contada en la que lo patético es que haya sido real. Y lamento pensar que estamos viviendo una época en la que hay demasiadas personas que aplaudirían repetirla si les dieran a elegir las obras a quemar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias por compartir tus impresiones, Macondo. No son buenos tiempos para la "lírica".
EliminarUn abrazo.
¡Hola, Carles! De las muchas infamias que puede cometer el ser humano, reconozco que la que me revuelve las tripas es la quema de libros. Un libro quemado es una perdida irreparable para la Humanidad, y me da igual el contenido que tenga. Cualquier testimonio de nuestra Historia es patrimonio de nuestra especie y nadie tiene derecho ni licencia moral para quemarlo, ya sea con fuego real o digital. Digo esto porque hoy día pienso que vivimos una época en la que la quema de libros que se alejen del mensaje oficial está de moda, aunque eso sí de manera más sutil y retorcida. Excelente uso de la cita. Somos lo que leemos, y un gobernante siempre querrá que leamos solo lo que sea acorde a las buenas costumbres del momento. Un abrazo!
ResponderEliminarY sin embargo ves deambular por nuestras calles enormes animales, con grandes orejas, larga trompa y colmillos de marfil, a los cuales han pintado abundantes franjas blancas y negras. ¿Querrán que pensemos que son cebras? ... que no nos engañen... son códigos de barras de última generación.
EliminarComparto contigo, David, tu conclusión respecto a esa sutil y retorcida forma en la que suceden ciertas cosas en el orbe digital.
Gracias por compartir tus impresiones y por tu tiempo, un abrazo.
¡Buen micro!, me ha gustado un montón. Y comparto lo que dicen algunos comentarios, es triste que haya pasado en la realidad. Un saludo.
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado, Cynthia, gracias por compartir tus impresiones.
EliminarUn abrazo.
Hola Carles, muy buen micro, tremenda la quema de libros, de solo pensar me dan ganas de llorar, puesto que los amo, para mi son un tesoro que no solo leo, sino que atesoro en mis bibliotecas, de solo pensarlo me da piel de gallina, saludos, PATRICIA F.
ResponderEliminarHola, Patricia, me alegra que el micro te haya causado buena impresión y te agradezco tu tiempo y comentarios. Es un sentimiento compartido sin escritura no habría historia.
EliminarUn abrazo.
Disfruté lal lectura y me hiciste recordar que hace mucho no actualizo mi vitrina
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegro por partida doble, gracias por tu tiempo y por tus comentarios.
EliminarUn abrazo.
Al menos conocian los titulos y los autores lo que indica que no fue la ignorancia lo que los obligó a tan terrible acción sino la mas profunda y clasica maldad... ¡Excelente relato!... Saludos
ResponderEliminarEso parece, Octavio, puede que se vieran obligados algunos por el el reino del terror que se intuía y se avecinó con posterioridad en Europa. Muchas gracias por compartir tus impresiones y tu tiempo.
EliminarUn abrazo.
Coincido con Octavio, por eso considero en que el conocimiento instruye y lo bestial transforma. Excelente. Saludos.
ResponderEliminarTe agradezco Guillermo que compartas tus impresiones y tu tiempo para con este relato.
EliminarUn abrazo.
Me ha gustado mucho ese pequeño y dramático instante histórico que has descrito.
ResponderEliminarTambién las citas que elegimos nos definen, y en ésta se trasluce en ti un gran amor a la cultura.
Un abrazo!
Imagino, Volarela, que el mismo amor y pasión que la de cualquiera de ustedes. Me ilusiona que te haya gustado esta pequeña escena narrada en el micro. Gracias por tu tiempo y lectura.
EliminarUn abrazo.
Hola, Carles. Has hecho una escenificación perfecta de lo que fue un intento por borrar lo que hace libres y pensantes a los humanos. Esa elección que los libros para llevarlos a modo de ofrenda a la pira es muy buena. Gran micro. Un abrazo.
ResponderEliminarYa ves, Isan, sin la escritura aún estaríamos en la prehistoria (eso desearían algunos), incluso algunos eminentes varones del conocimiento desconfiaban de los libros en sus comienzos (Sócrates fue uno de los más ilustres, desconfiaba de los libros como fuente de conocimiento y sin embargo sin los libros no le hubieramos conocido a él). Hoy en día en las sociedades modernas hay formas más sibilinas e inicuas para enterrar en el olvido una obra por el motivo que sea. Por eso es tan interesante y enriquecedor el proyecto que abandera David en su blog.
EliminarMuchas gracias por tu tiempo, y por tus generosos comentarios, Isan, siempre los tengo muy en cuenta.
Un abrazo.
Muy buen micro Carles, estupendo diálogo que nos hace vivir ese terrible momento. No conocía la cita y me ha gustado mucho. Hace poco comentaba con un amigo que descubres muchas cosas de una persona viendo su biblioteca. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Lola, me alegra que te hayan gustado el micro y sus diálogos. A mí me parece que la biblioteca formada por los libros que leemos durante nuestra vida puede ser esa puerta secreta que nos permite intuir como está decorado en cierta manera nuestro interior. Gracias por tu tiempo y por tus generosos comentarios
EliminarUn abrazo.
Hola, Carles!! Me gusta mucho como has narrado este micro. Me has trasladado a esa escena en la que tristemente se queman los libros y precioso el fina:l "Miles de chispas doradas como falsas estrellas fugaces volaron en espiral hacia un destino incierto". Un abrazo!!
ResponderEliminarPues más que satisfecho me quedo con el resultado en base a tus generosas apreciaciones, Cristina, una muesca más para el micro. Me alegra que te haya gustado el final, con el que en cierta manera buscaba equilibrar la crudeza del resto del micro. Muchas gracias por tu tiempo y comentarios.
EliminarUn abrazo.
Muy bueno, Leo. Me ha encantado todo, desde el mensaje a la forma de contarlo. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus generosos comentarios, Carmen, me satisface que para ti el micro haya cumplido con su finalidad y así lo aprecies. Te agradezco tu tiempo y lectura.
EliminarUn abrazo.
Gran sacrilegio el de quemar libros! Porque detrás siempre está el deseo de manipular mentes! Y que dilema para el que le gusta mucho leer cual escoger para salvarlo o condenarlo a la quema! Solo pensar en la situación se le pone a uno la carne de gallina! Saludos!
ResponderEliminarAlgún erudito describió la lectura como una forma de “diálogo” entre el lector y el autor. Es una maravilla que podamos comunicarnos con autores de épocas pasadas. Si nos privan de ese placer, coartan alguna de nuestras libertades básicas, la libertad para comunicarnos en el espacio-tiempo, libertad para aprender, libertad para soñar. Tener que escoger a quién le aplicas un castigo injusto siempre ha sido un grave dilema para quien cree en la justicia. Muchas gracias por tu tiempo y comentarios, Marifelita.
EliminarUn abrazo.
Hola, Carles. Al quemar un libro, quemas vida, esperanza, futuro, ideas, tantas cosas maravillosas. Por suerte esos no resultaron vencedores. Un abrazo
ResponderEliminarAsí es, Mirna, no resultaron vencedores en Alemania, aunque tristemente sí en en otros lugares y otras épocas. Muchas gracias por tu tiempo y comentarios.
EliminarUn abrazo.
Hola, Carles. Un libro es una ventana al mundo, a la libertad, al pensamiento,... Cuanto más ilumine la pila hecho con ellos mayor será la oscuridad que envuelva a sus verdugos.
ResponderEliminarMuy buen trabajo, como siempre. Felicidades.
Muchas gracias por tus generosas apreciaciones, Bruno. Comparto tu visión metafórica sobre los verdugos, aunque me temo que dichos personajes se mueven en la oscuridad como pez abisal en las profundidades. Por eso creo que es tan importante la luz de las palabras escritas compartidas.
EliminarGracias por tu tiempo y lectura. Un abrazo.
Este mes he leído algunas perlas sobre esos «bárbaros del norte» y esta es otra más de ellas. Con la destrucción o apropiación del arte lograban esclavizar a los pueblos. La lista de lectura, desde luego, dice bastante del lector porque como alguien también dijo «al cerrar la tapa de un libro leído nunca volvemos a ser los mismos».
ResponderEliminarUn abrazo.
El micro, MJ, seguro que estará encantado de que le hayas dicho ese piropo. El arte, la cultura, la ilustración, son la espina dorsal de cualquier grupo humano, sin la cual desaparece cualquier atisbo de resistencia ante la agresión, sea del tipo que sea. Parece que con la lectura de cada libro, la embarcación que gobernamos en nuestra travesía vital recupera empuje hacia nuestro destino en el horizonte, mejorar como seres humanos.
EliminarGracias por tu tiempo y comentarios, un abrazo.
Hola, Carles, me ha parecido corto tu relato por lo interesante de la historia. Tristeza al pensar que tal suceso ocurrió en verdad, e imaginando la desolación de tanta gente quemando sus tesoros de letras. "La purificación del espíritu", hasta el título y cita le van como anillo al dedo.
ResponderEliminarAhora pienso...,que se dé mucha gente que en lugar de donar los libros, los tiran a la basura, acto que me entristece.
!Muy bueno!
Un abrazo.
Pues tengo que reconocer, que en algún momento de mi vida e interpelado a algún vecino del barrio que iba a tirar algunos libros a la basura y conseguí salvar al menos aquellos que no había leído. Tampoco me cabe en la cabeza que no sepan darle un uso más fructífero, pudiéndolo donar a cualquier biblioteca pública. En fin, te agradezco tus generosos comentarios, Mila, muchas gracias por tu tiempo y por tu lectura.
EliminarMe alegra que te haya gustado, un abrazo.
Hay bibliotecas llenas de libros que nunca se leerán...Lo unico que tengo claro, es que los libros son como el amor, cuestion de quimica....
ResponderEliminarNo hay tiempo en una vida para leer todos libros que nos gustaría leer, pero es aterrador y triste que alguien puedan cercenar nuestra libertad para escoger y leer los que cada uno crea oportuno.
EliminarMuchas gracias, Gustab por tu tiempo y comentarios. Un abrazo.
Hola, Carles. Vaya escena recreas con tu micro. El detalle ese de no cuestionarse lo que se hace, o por qué, me parece el punto de la historia. Si las ovejas supieran leer, fijo que no todas seguirían al cabestro y menos que acabasen despeñadas por sus convicciones.
ResponderEliminarSaludos
Ay, Vajav, cuando miras a un lado o a otro y ves que ni el pastor ni los perros son de fiar, cualquier atisbo de rebaño da miedo.
EliminarMuchas gracias por tus comentarios y tu tiempo, Un abrazo.
Carles, muy bueno el micro, bien narrado, haciéndolo entretenido, pero también reflexivo y repulsivo su contenido.
ResponderEliminarLos libros son fuentes de sabiduría, y como tal, son vistos como armas de doble filo, por un lado inofensivos, por otro muy letales...
La realidad que nos cuenta el micro, pertenece a la historia, pero la frase que le dio vida, sigue actual, es como el dicho que reza "Dime con quién andas y te diré quien eres".
.
Grata semana Carles.
Mi percepción es que los libros son "cápsulas espacio-temporales", "pequeños constructores" de mentes, mentes "libres" sin yugos aparentes, y esos conceptos a lo largo de la historia no han estado muy bien aceptados por quienes quieren que las cosas cambien para que no cambie nada. Mantener el "Status Quo". Lamentablemente, como cualquier enfermedad que ataca a un organismo vivo, es y será algo cíclico mientras no se desarrolle una vacuna efectiva en nuestras sociedades.
ResponderEliminarTe agradezco tus generosos comentarios, Harolina, me encanta que te haya gustado el micro, y te doy las gracias por tu tiempo y por compartir tus apreciaciones sobre el relato.
Salud, un abrazo y buen disfrute de semana.
¡Hola Carles! Un relato que encoge el alma, al final, como bien dice Ana. Te crees que están eligiendo un libro para leer, un trabajo, por ejemplo y luego lo ves caer en las llamas. Al final entiendo la frase que le dice el amigo: "no los vas a volver a ver". Me ha gustado como construyes la trama, el diálogo le da dinamismo al principio, la escena de los calcetines me despista, ¿son niños? Y ya, en cuanto nombras las antorchas empiezo a imaginar el duro final. Siempre me ha parecido una barbaridad el hecho de destruir tantos libros. Nunca había visto una foto tan representativa de una de esas hogueras. Un placer leerte.
ResponderEliminarSaludos
Hola, José Lezcano, gracias por tus generosos comentarios y compartir tus impresiones sobre el micro. El tema de los calcetines era por acentuar más si cabe que no dejaban de ser unos niños, adolescentes a lo sumo, y junto a los pantalones cortos formaba parte de la uniformidad que vestían, quizás en la foto no se aprecia adecuadamente.
EliminarMe alegra que te haya gustado la historia. Un abrazo.