Hoy se cumplen cinco años del nacimiento de Esperanza, una mulatita preciosa que pasó desapercibida para su matrona en el Hospital General de Mavalane en Maputo, y sin embargo, pocas semanas después se convirtió en una celebridad mundial muy a su pesar. Esperanza Santana Do Mato fue la última mujer en nacer en nuestro planeta, desde entonces solo nacen niños, y nada más que niños.
Nadie sabe aún el origen de esta catástrofe, aunque la comunidad científica internacional comenzó de inmediato los ensayos con numerosos voluntarios, se desconoce el vector que originó tal desgracia: Un virus, la alimentación, la contaminación, los hábitos sedentarios, una mutación genética vinculada con un número ya superado de generaciones. Las grandes multinacionales tecnológicas a pesar de los fracasos en el desarrollo de úteros artificiales o en alcanzar la llegada a término de embriones en huéspedes no humanos continúan invirtiendo ingentes cantidades de dinero sin caer en el desánimo.
No obstante han comenzado a tomar medidas más drásticas: Las niñas hasta su madurez sexual estarán bajo la custodia y patria potestad del Estado, se ha legalizado la poliandria, ninguna mujer fértil podrá salir sola a la vía pública si no es acompañada por una escolta policial. Comenzaron las desapariciones, secuestros, asesinatos. En algunos países del Tercer mundo ha sido motivo de conflictos diplomáticos, bloqueos económicos, enfrentamientos armados.
Nos queda poco tiempo, pero no perdamos la esperanza, al fin y al cabo, la vida es tan… sutil, bella, efímera, todo puede finalizar con la última mujer, Esperanza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario