Tragó
la pastilla, esperó paciente, nada, ninguno de sus conocimientos
como psiquiatra le ayudaban. Intentaba recordar pero... blancura
infinita, escalofríos y un temblor... solo brotaban sus últimas
palabras, como un mantra... te quiero, te quiero, te quiero… pero
ni su taciturno rostro, ni su melena rebelde, ni sus atrevidos
pechos, ni su insultante cadera. Como restos de un naufragio sólo
perduraba aquel cálido susurro escondido entre las sábanas de aquel
prostíbulo de carretera.
¡Hola, Carles! Inquietante micro que nos muestra una historia y una manera de narrarla que me trajo a David Lynch, donde la realidad, el recuerdo y la fantasía están cosidas invitando al lector a formar varias historias en su cabeza. Un abrazo!
ResponderEliminarMuchas gracias, David, por tan generoso comentario. Quería transmitir una sensación agridulce en este pequeño micro. Te agradezco que te pases a leer y compartas tus impresiones sobre el mismo.
EliminarUn abrazo.
¡Hola, Carles! Tal como dice David da para varias interpretaciones. Inquietante no se, para mí agridulce, como dices tú. Enigmático.
ResponderEliminarSaludos
Hola, José Lezcano. Para mí es todo un reto participar en estas convocatorias que nos ofrece Adella Brac en su portal todos los meses, en tan solo cinco líneas esbozar una historia utilizando las tres palabras que señala. Hace arder las pocas neuronas útiles que le quedan a uno, y al cabo del tiempo ves con más claridad tus errores o carencias, que no son pocas.
EliminarMuchas gracias por comentar y compartir tus impresiones. Un abrazo.